jueves, 29 de julio de 2010

Pedro Morillo, Ingenio de esculturas e instalaciones en la Sierra Norte de Madrid




Julia Sáez-Angulo

Actualmente está exponiendo en una itinerante por Suecia. Pedro Antonio Salido Morillo (Ciudad Real, 1947) es un artista polifacético, escultor y pintor, que habita en Villavieja de Lozoya, pequeño pueblo de la Sierra Norte de Madrid, no lejos de Buitrago, donde la naturaleza, el silencio y la tranquilidad le ayudan a crear lejos del mundanal ruido.

Artista tranquilo y reflexivo gusta de la gran obra escultórica, monumental, para situar en diálogo amable con la naturaleza. Nada más hermoso que ver la belleza del paisaje junto a la obra creada por el hombre artista respetuoso con el entorno.

Creador original de instalaciones como la espectacular llevada a cabo en Barcelona a base de automóviles sobre un gran puente de carretera, donde las carcasas multicolores de los coches componían una amalgama de ritmos y color. Toda una reflexión sobre la acumulación de la sociedad de consumo y la cantidad de deshechos que genera.

El reciclaje, el objeto encontrado aplaudido en su día por el vanguardista Marcel Duchamp, da pie a Morillo a trabajar con cajas de cartón y redes para otra instalación titulada “Estrella reciclada” en el Museo Antonio López Torres. El “Tráfico por un tubo” (1990), vuelve a incidir en la idea del vehículo y su consecuencias sociales.

La instalación denominada “Dragon” (1992)a base de mingitorios, vuelve a traer de nuevo a la memoria al dinamizador francés del “ready-made”, que propuso el urinario como objeto listo para una pieza de museo, al igual que el escurre-botellas.

Junto a su taller de Villavieja de Lozoya, Pedro Antonio Morillo sostiene una sala de exposiciones con obras propias o ajenas, para los visitantes que se acercan, lo que dinamiza la presencia artística en ese lugar apacible, que bien merece acercarse a él.

La madera policromada, sola o tratada con arenas, es material habitual en la obra en tercera dimensión de Morillo, también los reciclados de hierro como en la obra titulada “Equilibrio” (1990). Interesante la pieza titulada “Proyecto de hombre” (1994), con material reciclado.

Pedro Antonio Morillo ha presentado sus instalaciones en el espacio del aeropuerto de Barajas y su obra se encuentra en diversas instituciones como museos, Bancos, centros culturales, Ayuntamientos o Real Academia de San Fernando en Madrid.

Cultivo de la pintura matérica

El artista cultiva igualmente la pintura. Trabaja al óleo en una figuración suelta y deshecha que se acerca poéticamente a la abstracción. Lástima que muchas de sus piezas llevan el remoquete de “Sin título”, sin referencia numérica a serie alguna, por lo que el crítico de arte se ve en la imposibilidad de denominar o comentar los cuadros por su propia individualidad. El nombre habla de sí mismo, dice la Kábala. El nombre hace existir las cosas al cobrar su entidad sonora. Las obras de arte también lo necesitan, aunque sólo sea un número de serie genérica.

Morillo sabe atrapar la luz en su pintura en obras como “Retrato” (1984) o “Bodegón” del mismo año. Pintura matérica en piezas como “Silla de ruedas” (1984) donde la silueta de un personaje sentado se plasma de manera suelta con la materia, sin necesidad de dibujo alguno que la sustente. Además del óleo, el autor utiliza con frecuencia la técnica mixta, en consonancia con su escultura e instalaciones.

Además de Pedro Antonio S. Morillo la Sierra Norte de Madrid –denominada sierra pobre de la región-, acoge a numerosos artistas de prestigio como Andrés Puig, Luís Berrutti o Ángel Fernández-Flórez. En la zona se ha creado el Valle de los Sueños, con un recorrido hermoso de 28 esculturas correspondientes a otros tantos artistas.


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