sábado, 27 de noviembre de 2010

Diab El-Dick, un pintor exquisito y minoritario expone en el Centro Árabe Sirio de Cultura



Diab El Dick
Pintura
Centro Cultural Árabe Sirio
Del 11 al 30 de noviembre de 2010
c /Zurbano, 82. Madrid




Julia Sáez-Angulo


Pintor libanés, casado y afincado en España, Diab El-Dick es un artista exquisito, minoritario, con acentos decadentes en medio de una pintura hermosa al óleo y al acrílico, en la que muestra sus particulares nocturnos entre románticos, modernistas y surrealistas de gran efecto y belleza. Actualmente Diab El-Dick expone sus obras en Centro Cultural Árabe Sirio en Madrid.

Cuando uno contempla los cuadros de este autor vienen a la memoria (la primera crítica es siempre la comparativa), la estética romántica del catalán Modest Urgell, al que quizás no conozca el pintor libanés; también ciertos nocturnos de Julio Romero de Torres. Y “El paso de la laguna Estigia”, del holandés Joachim Patinir(1480 - 1524), situado en el Museo del Prado

La pintura de Diab El-Dick es misteriosa; en ella se funde lo fantástico con lo real; la ensoñación con presencias cotidianas; paisajes de gran escenografía con objetos de la jornada de cualquier hombre o mujer de nuestro tiempo. Pintura de género fantástico, onírico, de ensoñaciones varias, con toques de esteta decadente.

Diab El-Dick estudió Bellas Artes en la Real Academia de San Fernando; cuenta por tanto con una formación sólida que él ha querido llevar de manera consciente y libre a una figuración que sustenta con su buen dibujo y una iconografía que hace soñar al espectador.

Pintor melancólico y reservado

No es pintor de frecuentes exposiciones sino de contadas presencias en el circuito artístico, por lo que sus cuadros constituyen siempre una novedad y una rareza. Sus paisajes, sus rocas, sus nocturnos, sus azules despiertan la imaginación del espectador y devuelven la idea original de la pintura ilusionística.

Su talento para reflejar los materiales, sean espejos, cristales transparentes, porcelanas, lozas o textiles, es soberbia. Sus cielos misteriosos, sus rasgados de luz... son realidad fantástica que a muchos reconcilia con la pintura. Una pintura silenciosa que se acompasa con el ánimo igualmente melancólico del autor.

Diab El Dick, libanés maronita, lleva una carrera artística firme y sin alharacas, para unos coleccionistas que aprecian el buen saber hacer en la pintura.

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