lunes, 6 de diciembre de 2010

Pedro Sandoval, la Abstracción oceánica y renovada del gran pintor venezolano/español




L.M.A.


Las dos últimas series pictóricas del pintor venezolano/español Pedro Sandoval se denominan: “Anadón” y “Monet-Google-Universe”. Títulos que nacen de una circunstancia vital o de una revelación particular. Cuadros diferenciados por la cadencia de los números romanos, a los que de vez en cuando se añaden referencias concretas como en el caso de “Homenaje a Patinir”, un cuadro atrevido y espléndido, resuelto a base de masas cromáticas verdes manipuladas con los dedos en ritmos vertiginosos y mágicos.

En estas dos últimas series, el artista concibe la pintura como un caudal proceloso del pigmento que fluye rico y vibrante con vocación de desbordar el cuadro y navegar en el espacio. Son corrientes de materia que fluyen con una sutil caída y un ritmo precisos en el soporte. Pintura rica y caudalosa que aparece como un magma encendido por la variada paleta del pintor, que se niega a ser monocromo y luce su dominio y maestría toda la gama cromática: desde el blanco y negro con sus grises inacabables, hasta los rojos más complejos que solo las raíces latinas de Sandoval es capaz de armonizar, pasando por azules, ocres o amarillos.

En la serie Monet-Google-Universe- la pintura se adensa sobre el papel y crea texturas firmes o formas compactas que van hacia lo tridimensional. Figuras abstractas –valga la contradicción- a base de ritmos circulares o espirales, que evocan en ciertos casos los grandes fósiles de las amonitas o las ágatas. Formas sólidas centradas en el espacio del cuadro que actúan como iconos elocuentes de la pintura y la abstracción. Para Sandoval, la abstracción tiene mayor capacidad de sugerencia que propia figuración, por eso esta última se deforma con frecuencia en aras de una propuesta más abierta y libre que la acerque a la primera. Para este pintor, la abstracción tiene caminos infinitos; sólo cabe recorrerlos.

Una presencia de texturas y relieves

Materia abundosa y rica –Sandoval siempre es generoso en ella- que habla de su valor germinal y expresivo, de su entidad necesaria para componer y lograr la esencia de la Pintura como arte mayor, objetivo que busca el autor. Con esa abundancia de pigmento –óleos sobre el lienzo y acrílicos sobre papel; a veces lacas y resinas- el autor avanza a veces más allá de la superficie plana del soporte, hacia el relieve o una tercera dimensión, que le lleva en casos puntuales a la objetualización de la pintura, como se manifestó en la instalación de cuadros y triángulos exentos, que llevó a cabo en la gran exposición en la madrileña Casa de Vacas. Los efectos delicuescentes o craquelados son también efectos puntuales en esta serie de Monet-Google-Universe.

La alusión al pintor Monet no es baladí. Pedro Sandoval lo reconoce –junto a Turner- como uno de los padres “avant la lettre” de la abstracción. La descomposición de las formas ante la luz llegó al paroxismo en sus nenúfares. A partir de esta serie monetiana que alberga el Museo Marmottan de París, las cosas no fueron igual y desde allí la carrera gozosa de la abstracción ha sido imparable. Una vez más, el autor venezolano/español vuelve a dialogar con los maestros de la Historia del Arte y a reconocerles su fundamento en la carrera sin solución de continuidad de la Pintura.

Anadón -nombre de resonancias históricas, heráldicas y patronímicas- es una serie ambiciosa, de gran formato con piezas que albergan masas cromáticas las cuales, dentro del expresionismo del autor, van reconduciéndose hacia formas pautadas que aluden vagamente a la geometría: cuadrados, rectángulos, triángulos, segmentos de circunferencia... Una suerte de plantillas libres, que siguen el pulso nunca idéntico de la mano para conformar reducidos campos de color que llevan a la composición definitiva del cuadro. Sandoval ha querido hacer partícipe al espectador de su dinámica y, en alguna de sus piezas, ha dejado una especie de cenefa lateral con los monos o dibujos base de esta serie. Aquí la pintura sigue cierto ritmo compositivo más controlado, a la espera de un nuevo desbordamiento con el que suele sorprendernos periódicamente el autor en cada nueva serie.

El arte es polisémico

El arte es polisémico. Emite diferentes enunciados, signos o señales del autor que se mezclan con las referencias personales y culturales del espectador. La Pintura valiente y la Abstracción oceánica de Pedro Sandoval son un campo abierto a la exploración de significados y al disfrute visual de quien la contempla.

El pintor Pedro Sandoval es uno de los nombres más firmes y señeros en la apuesta por la reinvención de la Pintura. Su trayectoria se asocia la saga de poderosos artistas plásticos que han creído y se han consagrado a la Pintura, como una diosa fecunda, como un campo infinito de indagación e investigación, porque están convencidos de que la Pintura es una veta inagotable de creatividad y hallazgos para quien sabe amarla con pasión y extraer de ella los mejores y renovados registros.

Hace falta un ejercicio intenso, casi un juego de entrega a vida o muerte para obtener los más sensitivos arpegios –ut pictura poesis de Horacio- de la pintura, o más bien de la abstracción, como quien bucea en un océano profundo, repleto de inagotables recursos para la inteligencia y la mano diestra que sabe lograrlos. Así lo plantea Pedro Sandoval cuando entabla su lucha titánica como un conquistador ante la geografía virgen del lienzo. El artista avanza en cada serie con cada uno de los pigmentos y todas sus armas: la brocha, el pincel, la espátula e incluso los dedos para distribuir la materia de manera personal y gestual sobre el territorio del cuadro.

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