jueves, 17 de febrero de 2011

I. Acerca de Academia, Arte académico y Academicismo




Dolores Gallardo López


El término Academia proviene del lugar donde el filósofo griego Platón fundó su famosa escuela filosófica, que estuvo abierta hasta que en el año 529 d.C fue cerrada debido al edicto que en ese año promulgó Justiniano, emperador del Imperio Romano de Oriente.

Justiniano deseaba la unidad religiosa para mejor garantizar la hegemonía del Imperio bizantino y promulgó un edicto en el que proscribía los escasos restos que quedaban de la tradicional religión olímpica greco-romana, el judaísmo y numerosas sectas; prohibía también la enseñanza de la filosofía griega y obligó a cerrar las escuelas de Atenas, su último asilo.

El lugar donde Platón fundó su escuela es vinculado por la tradición con el héroe ateniense Academo, de ahí el nombre de la escuela. Por extensión, el término Academia designa a toda agrupación científica, intelectual o artística.

Academo

En la tradición legendaria griega Academo es conocido por su intervención en el pasaje mitológico del rapto de la adolescente Helena –conocida posteriormente como Helena de Troya- por Teseo, rey de Atenas y máximo héroe de la región del Ática.

Cuando los hermanos de Helena, Cástor y Pólux (conocidos como los Dioscuros o “Hijos de Zeus”) en la búsqueda de su hermana llegaron al Ática, Teseo no se encontraba en Atenas.
Academo les indicó dónde se hallaba la joven. Se dice que por esa razón los Dioscuros en sus represalias contra los atenienses, respetaron las tierras de Academo, situadas cerca de la ciudad y en las cercanías del mítico río Céfiso.

En el terreno de Academo y cerca del lugar donde se decía que estaba tumba del héroe, había un bosque sagrado y junto a ese lugar fundó Platón su escuela filosófica.


Las nuevas Academias

Con respecto al Arte, el término Academia se denominó posteriormente a las escuelas o talleres dedicados a la enseñanza y al estudio del arte.

En la Italia del siglo XV los círculos o tertulias humanistas atrajeron rápidamente el patrocinio de los grandes poderes económicos y políticos: vieron que en tales instituciones existía la posibilidad de difundir ideas y, al mismo tiempo, de perpetuar imágenes.

Poco a poco fueron surgiendo una serie de academias con la finalidad de trasmitir las técnicas tradicionales a los artistas jóvenes. La primera orientación implicaría trabajar de la manera que mostraban las grandes obras que habían llegado del pasado greco-romano.

Naturalmente tal hecho suponía la reducción de las magníficas obras de los grandes escultores griegos –las esculturas romanas son meras copias griegas, la pintura apena se conservó (Pompeya Y Herculano aún no habían sido devueltas a la luz)- a un mero conjunto de normas. El magnífico trabajo de genios del arte se reducía una serie de reglas, listas para ser copiadas.

El color de la rica paleta veneciana y su empleo de la luz se incorporaron para enfocar dramáticamente algunas figuras.

Proliferaron las obras por encargo y se desarrollaron grandes centros de producción y reproducción de arte. Se necesitaban talleres sincronizados en el estilo y tendencia del o los maestros, generando así las denominadas "Escuelas".

Bajo las academias, la hegemonía artística de Europa pasa de Italia a Francia.

Versalles, símbolo y sede de la monarquía absoluta, unificó todas las instituciones sociales y gubernamentales bajo una cabeza. Su equivalente en el arte se concreta en un conjunto unificado y racional de academias sometidas directamente al rey.

Las academias- instituciones eminentemente conservadoras desde su propio origen, como hemos visto- se convierten en la manera de transmitir la idea de absolutismo a la esfera del arte.

La Academia establece normas técnicas, patrones y modelos de simetría, orden, regularidad, dignidad y claridad.

Estas características hicieron que el arte académico fuera catalogado de "clásico" y quedó aprobado como modelo. Por tanto el antiacademicismo suele ser símbolo de renovación y rebeldía.

En 1870 había más de cien academias en Europa, lo que indica la conciencia que existía en torno a la reintegración de las artes a la sociedad. Las academias de música y literatura actuaban como árbitros del lenguaje que se debía desarrollar.

Obra académica

Se denomina "académica" a toda obra de arte que en su ejecución acata los mandatos y el formalismo impuestos por una Academia.

El Academicismo en el Arte

En el arte se conoce como “Arte académico” o Academiscismo es una corriente artística que surgió con posterioridad al llamado Neoclasicismo.

El llamado Academicismo se desarrolló en el siglo XIX especialmente en Francia, respondiendo a los ideales de la Academia de Bellas Artes de París y al gusto de la alta burguesía.

Su utilización de los recursos artísticos tradicionales, como al tratamiento de la luz, el color, la perspectiva, el dibujo, etc., responde a las normas establecidas por la Academia.

El Academicismo huye de los aspectos desagradables de la realidad y del realismo naturalista.

Las obras llamadas academicistas suelen ser de extraordinaria perfección técnica. Entre los pintores franceses academicistas destaca Jean-Léon Gérôme (1824-1904).

La exposición de J. L. Gérôme en el palacio de Villahermosa

El museo Thyssen-Bornemisza acaba de inaugurar una exposición-homenaje que consta de 57 obras. Este homenaje al pintor se debe a la labor de investigación realizada en el Museo d'Orsay de París, organizador de la muestra y uno de los prestadores más importantes.

Lo expuesto en Madrid es una versión reducida -aunque están las piezas esenciales- de la que se con gran éxito de público montó el Museo d'Orsay de París (recibió más de 300.000 visitantes) y fue exhibida el pasado año en el Museo Paul Getty de la ciudad de Los Ángeles.

J. L. Gérôme, uno de los artistas franceses más famosos en su época, ha sufrido con posterioridad el olvido en Europa, precisamente por su sujeción a las reglas académicas y su enfrentamiento a los impresionistas.

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