lunes, 12 de diciembre de 2011

Exposición Biblioteca Nacional de España: 300 años haciendo historia





L.M.A.



Biblioteca Nacional de España: 300 años haciendo historia, organizada por la BNE y Acción Cultural Española (AC/E), es la exposición con la que se inaugura, a partir del 13 de diciembre, el programa de actividades diseñado para celebrar el Tricentenario de la institución cultural más antigua del país.

La Real Biblioteca Pública: 1711-1836

El 29 de diciembre de 1711 Felipe V, el primer Borbón que reinó en España, daba el visto bueno al plan de creación de una Real Biblioteca abierta al público. La idea había partido de su consejero y confesor, el padre Robinet, siguiendo el modelo de la Bibliothèque du Roi parisina. Con este sencillo gesto, se ponía la piedra inaugural de una gran biblioteca, que nació rica en colecciones de muy diversa procedencia. Sus puertas se abrieron a los estudiosos el 1 de marzo de 1712 en el Pasadizo de la Encarnación, en la actual Plaza de Oriente, remarcando desde el principio su carácter de servicio público.

En esta primera sala se exponen algunos de los manuscritos, libros y objetos que pudieron admirar, leer y estudiar sus primeros lectores.

Habiendo resuelto establecer una Bibliotheca, y colocarla dentro de mi Real Palacio de Madrid, se ha juntado en ella el mayor número de libros que hasta ahora se ha podido, con algunos manuscriptos, varios Instrumentos matemáticos, porción de monedas, medallas y otras curiosidades, para cuya subsistencia y manutención, la he dotado con ocho mil pesos de renta a el año, asignándolos en las de el tabaco y naipes de el reino. (Fundación y Estatutos, Madrid, 1716)

La tecnología al servicio de la información y del conocimiento

Preservar y difundir la información y el conocimiento han sido dos de los grandes desafíos a los que ha tenido que enfrentarse cualquier civilización. El triunfo de la tecnología informática a la hora de crear nuevos canales y medios de difusión ha abierto insospechadas posibilidades, que todavía tendrán que explorarse en los próximos años. En este campo, la BNE ha sido pionera en la introducción de la informática en sus trabajos y servicios desde que en 1990 comenzara a informatizar su catálogo.

Junto a la tecnología informática y digital, que está cambiando los modos de entender una Biblioteca Nacional en el presente y en el futuro, en esta sala se prestará también atención a otras tecnologías al servicio de la conservación y difusión de la información y del conocimiento: la propia tecnología de la escritura que permitió en el siglo XIX copiar códices y libros impresos para su conservación y difusión, la de la fotografía, que ha hecho posible el facsímil y, por último, la tecnología de conservación y reproducción del sonido, a partir del invento revolucionario de Edison patentado en 1877: el fonógrafo.

La Biblioteca Nacional de España por dentro

¿Cómo se amplían y completan las colecciones de la BNE? ¿Cuáles han sido los catálogos que han dado a conocer sus fondos a lo largo de la historia? ¿Y los problemas de conservación de sus ejemplares, los medios con que cuenta la BNE para preservar su rico patrimonio? A estas y a algunas preguntas más se dará respuesta en esta sala, que desea acercar al visitante los procedimientos técnicos que, día a día, se realizan dentro de una biblioteca para cumplir los servicios que tiene asignados por ley.

Y para el final de este recorrido, de este acercamiento a 300 años de historia y de trabajos, de colecciones y de personas que han hecho posible que la BNE sea una de las bibliotecas patrimoniales más importantes del mundo, hemos abierto un espacio a los escritores, a los creadores que hacen posible que, año tras año, se incremente nuestra memoria histórica en cientos de miles de documentos, así como a dos colecciones singulares de la BNE: Ephemera y carteles.

Corresponde a la Biblioteca Nacional […] reunir, catalogar y conservar los fondos bibliográficos impresos, manuscritos y no librarios de carácter unitario y periódico, recogidos en cualquier soporte material, producidos en cualquier lengua española o en otro idioma, al servicio de la investigación, la cultura y la información, y difundir el conocimiento de dichos fondos (Estatuto de la Biblioteca Nacional, 2009)

Los fondos

En la actualidad, la BNE conserva más de 28 millones de documentos, que ingresan por cuatro vías posibles:

1. Por depósito legal ingresaron 106.351 títulos de libros en 2010. Y además, periódicos y revistas, discos de vídeo y audio, partituras, mapas, carteles, láminas y otras publicaciones menores, hasta un total de 861.145 ejemplares.

2. La donación es una excelente vía de incrementar la colección; normalmente entran ejemplares únicos, singulares, donados por sus creadores o sus herederos. Durante 2010 se incorporaron 5.280 documentos, valorados en 270.750 euros.

3. Gracias al canje de publicaciones con otras instituciones, la BNE ingresó 1.872 publicaciones en 2010.

4. Y por último, lo que no ingresa de este modo, la BNE tiene que comprarlo para conseguir una colección completa y de calidad. Durante el año 2010 se destinaron 400.000 € para adquisición de fondo moderno y 653.731 para fondo antiguo

Los depósitos

La BNE cuenta con alrededor de 250 kilómetros lineales de estanterías en sus sedes de Recoletos y de Alcalá de Henares, inaugurada esta última en 1993, con un depósito robotizado de más de 30 kilómetros, que ha sido ampliado en el 2000 y en el 2009.

Cuando se inauguró la actual sede de la BNE en 1896, contaba con siete pisos de depósito, diseñados por el arquitecto Antonio Ruiz de Salces en hierro, siguiendo la estela de Eiffel, que podían albergar 600.000 volúmenes en sus 2.607 estantes.

Los depósitos de la BNE cuentan con las condiciones idóneas para la conservación de los documentos. Para ello, se controlan aspectos como el grado relativo de humedad (45% +5) y la temperatura (20º +2ºC), que ha de ser constante.

La BNE cuenta con alrededor de 250 kilómetros lineales de estanterías en sus sedes de Recoletos y de Alcalá de Henares, inaugurada esta última en 1993, con un depósito robotizado de más de 30 kilómetros, que ha sido ampliado en el 2000 y en el 2009.

Cuando se inauguró la actual sede de la BNE en 1896, contaba con siete pisos de depósito, diseñados por el arquitecto Antonio Ruiz de Salces en hierro, siguiendo la estela de Eiffel, que podían albergar 600.000 volúmenes en sus 2.607 estantes.

Los depósitos de la BNE cuentan con las condiciones idóneas para la conservación de los documentos. Para ello, se controlan aspectos como el grado relativo de humedad (45% +5) y la temperatura (20º +2ºC), que ha de ser constante.

Dos colecciones singulares: Ephemera y carteles

La sección de Ephemera de la BNE se crea en 1991, a partir de varias colecciones de cromos, cajas de cerillas, calendarios murales, felicitaciones, orlas y un interesante apartado de etiquetas de cajas de pasas y de naranjas de finales del siglo XIX que estaban dispersas por diversos departamentos. Desde entonces, la colección no ha dejado de crecer gracias a la compra de colecciones y a las continuas donaciones: en el año 2003 se contabilizaron más de 80.000 obras.

La BNE posee un espléndido fondo de carteles formado, por un lado, por carteles publicitarios, que abarcan desde el siglo XIX hasta la actualidad, incrementándose de forma continua gracias al depósito legal, con una tipología muy variada (espectáculos, productos, turismo, fiestas, transportes…), y, por otro, por carteles de propaganda de la época de la República y la Guerra Civil (cuyo origen se remonta a la compra de una colección particular en 1982), que se caracterizan por un predominio de la imagen frente a la tipografía.



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