jueves, 28 de marzo de 2013




Viktor Frankl, Obra de teatro sobre los campos de exterminio nazi

 

 

Julia Sáez Angulo

 
         Cuando se ha pasado por la experiencia de un campo de exterminio nazi como Viktor E. Frankl (1905 – 1997) es difícil sustraerse a no dejar testimonio de una u otra manera. El psicoanalista vienés ha escrito la obra de teatro “Sincronización en Birkenwald”, publicada por la editorial Herder.

 
         Tres filósofos: Sócrates, Spinoza y Kant dialogan sobre la condición humana y sus avatares en escena. Una reflexión intensa para dar cuenta de cómo el hombre se comporta ante los hombres, de cómo sus vivencias pueden llegar a extremos de incivilización total.

 
         Después del Holocausto, las cosas ya no pueden ser iguales que antes. Que un pueblo tan civilizado como el alemán sea capaz de querer exterminar a otro, sólo puede ser desde la corrupción de la civilización para entrar de nuevo en la barbarie.

 
         “Todo es teatro y nada es teatro. Somos figuras, tanto aquí como allí. Unas veces con un fondo teatral y otras con un fondo trascendental. En todo caso es una interpretación”, dice Kant en la obra dramática escrita por Frankl.
 

         Viktor E. Frankl nos enseñó que si el hombre tiene un por qué en la vida, encontrará el cómo. El psicoanalista ejerció la cátedra de Logoterapia en la Universidad de San Diego, después de haber ejercido como profesor de Neurología y Psiquiatría en la Universidad de Viena.

 
         Es autor de obras importantes como: Ante el vacío existencial, El hombre doliente, El hombre en busca de sentido, Fundamentos y aplicaciones de la logoterapia, La presencia ignorada de Dios, La psicoterapia al alcance de todos, La voluntad de sentido, Logoterapia y análisis existencial, Psicoterapia y existencialismo o Teoría y terapia de las neurosis.

 
         “Sincronización en Birkenwald”, publicada por la editorial Herder es un libro breve pero intenso, escrito por alguien que ha sufrido porque ha pasado por las circunstancias dramática de los campos de concentración y exterminio nazi: Terezín, Auschwitz, Türkheim, Kauferin o Dachau. Un viaje terrible e intenso hacia sí mismo.
 
 

 

 

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