viernes, 6 de diciembre de 2013

LAUJAR (Almería), ÚLTIMO BASTIÓN HISPANO-MUSULMÁN

                                Laujar en invierno


M. DOLORES  GALLARDO LÓPEZ


      La hermosa e histórica villa  de Laujar de Andarax, perteneciente a la actual provincia de Almería, se encuentra en la ladera sur de Sierra Nevada, en el corazón de la Alpujarra. Está rodeada de un bello paraje en el que abunda el agua y los árboles. En el año 2012 contaba con 1.735 habitantes.


    Laujar comienza a ser  conocida durante la sublevación de parte  de al Ándalus  contra el  séptimo emir  de Córdoba, el omeya  Abd Allah ibn Muhammad al Umawi.

   Laujar formó parte de la zona  montañosa del sur de al Ándalus que el muladí  Omar ibn Hafsún  rebeló contra el  mencionado emir cordobés. 

  El emir consiguió algunas victorias, pero la rebelión continuó. Ya anciano,  falleció en Córdoba el  15 de octubre de  912.

   Lo sucedió  su  joven  nieto Abd al Rahmán, de poco más de 21 años (era hijo de Muhammad, hijo a su vez del emir Abd Allah ibn Muhammad, pese a lo cual lo mandó decapitar muy poco después de que naciera Abd al Rahmán) y  de una noble vascona. 

 El joven y joven emir  había de convertirse con el tiempo en  el gran Abd al Rahmán III, el primer califa cordobés. 
  Una de las primeras acciones de  Abd al Rahmán, como nuevo emir,  fue acabar con la sublevación.

   Para ello en 913 accedió al puerto de Ragua (puerto de montaña a   2.041 metros entre las actuales provincias de Granada y Almería) y pacificó la zona alpujarreña.  A partir de ese momento  comienza para toda la zona de la Alpujarra  una etapa de  tranquilidad,  prosperidad y crecimiento demográfico, auspiciado por la importancia que fue adquiriendo gradualmente  el puerto de Almería.

     Laujar destacaba por su magnífica vega junto al río Andarax y también era famosa  por su  artesanía de la seda, tejido muy apreciado por los musulmanes.

    Al desintegrarse el califato de Córdoba surgieron los  primeros reinos taifas (entre ellos el de reino zirí de Granada  en el año 2013 -su milenario se está celebrando este año- y en 2014 el reino de Almería). 
 Estos reinos  taifas desaparecieron  en 1091 con la invasión de los almorávides.  Tras los almorávides vinieron los almohades.  Durante el dominio de ambos pueblos integristas norteafricanos, al Ándalus fue una provincia más de su amplio imperio.

LAUJAR NAZARÍ

Tras la derrota de los almohades en  1212 en las Navas de Tolosa, resurgen una vez más el territorio hispano musulmán los reinos  taifas.
 Entonces nace  el reino nazarí de Granada (1238-1492). A él perteneció Laujar.
 Administrativamente el reino nazarí se dividió en tahas. La taha de Andarax tenía como capital Laujar.
Laujar   en época nazarí estuvo dotada  de   una magnífica alcazaba. Fue la fortaleza más importante de la Alpujarra.

  Esta alcazaba quizás existiera ya en el siglo X (según algunos en la época de los primeros reinos taifas la mandó construir al  Mutasim, rey de la taifa de  Almería, con el fin de  defenderse de los ataques del rey de la taifa de Granada). Las citas más precisas son del XII y XIII.
  En la magnífica alcazaba nazarí de Laújar vivieron sus últimos tiempos en al Ándalus los dos últimos emires  nazaríes: el Zagal se instaló en 1489 y Boabdil en 1492, tras entregar el reino de Granada a lo Reyes Católicos.

La pujanza de Laujar de la época nazarí fue descrita por  Ibn al Jatib,  prolífico poeta, historiador y filósofo (escribió más de setenta obras y algunos de sus versos decoran las paredes de la Alhambra). Había nacido en Loja en 1313 y murió asesinado en una prisión de Fez en 1374: desde el año 2005 ambas ciudades están hermanadas en recuerdo del escritor hispano-musulmán.

 LA ALPUJARRA, ÚLTIMO BASTIÓN MUSULMÁN

Acabado el reino nazarí de Granada cuando el 2 de enero de 1492  Boabdil entregó esta ciudad   a los Reyes Católicos, aún quedó un territorio musulmán en la península: el Señorío alpujarreño, cuya capital fue la villa de  Laujar.

  El Zagal en Laujar
  El emir  Muley Hazén  luchaba contra hijo Boabdil (se había sublevado y en Guadix en 1482 se había autoproclamado emir),  antes de morir nombró heredero a su hermano el Zagal (el Victorioso), que tomó el nombre de Muhammad XIII. 
   Tras la muerte de Muley Hazén, tío y sobrino  llegaron a  un acuerdo: el Zagal  se quedaba la parte oriental del reino nazarí (incluía las ciudades de Baza, Guadix, Málaga y Almería)  y Boabdil  se quedó con el territorio de Granada.
  En 1487 el Zagal  perdió  Málaga en   tras un duro asedio de las tropas cristianas.  Después,  Baza ofreció una de las  resistencias más largas y enconadas de toda la guerra de Granada.  El asedio  a Baza duró desde el 20 de junio hasta el 4 de diciembre, día en el  que se rindió. La capitulación de Baza fue firmada el 10 de diciembre de 1489. Se entiende por capitulación el convenio por el cual un ejército o una plaza fuerte se rinde al enemigo bajo ciertas condiciones.
 La  capitulación  de Baza arrastró las de Guadix y las de todas las villas de la actual provincia de Almería, incluida la ciudad de Almería. Todas ellas capitularon sin  un solo enfrentamiento.  Los Reyes Católicos hicieron gala de gran magnanimidad en estas capitulaciones,  quizás para acelerar  la toma de  la ciudad de Granada y el final de una  guerra que se les hacía cada vez más dura y pesada.
  Por acuerdo en esas capitulaciones, el Zagal se quedó con las  tahas  (división administrativa musulmana) alpujarreñas de Andarax, Órgiva, Lanjarón y Lecrín y, cuando entregó la ciudad de Almería, recibió veinte mil castellanos de oro.
   El Zagal se retiró  a  Laujar y vivió en su  alcazaba. El señorío de Laujar fue, pues,   corte real.
 Pero su sobrino Boabdil  no se resignó a  la pérdida de la Alpujarra: en  verano 1490, apenas instalado el Zagal en Laujar,   suscitó una rebelión en la zona  y un golpe contra su tío.  
Boabdil entró en la Alpujarra, la levantó  e incluso ocupó la alcazaba de Laujar, desde donde el Zagal huyó a Almería.  En Almería consiguió  tropas y  en julio recuperó Laujar y su alcazaba.
 Pocos meses  después de este levantamiento de la Alpujarra, el Zagal  partió para Berberia (África), era el año 1491 y tenía 37 años.  Se estableció en Tremecén. Murió tres años más tarde.
 A partir de la obra de Luís de Mármol, Historia de la rebelión y castigo de los moriscos del Reino de Granada -al cual, al parecer, informaron amigos africanos- se propagó la falsa noticia de que el rey de  Fez, amigo de  Boabdil,  encarceló y  mandó cegar a el Zagal. No es cierto: en 1857 se descubrió en el cementerio de de Abú Hammú  de Tremecén una lápida cuyo  largo  epitafio sepulcral nos informa de que final de el Zagal fue  tranquilo. Si bien es cierto que, cuando se publicó  por primera vez el largo texto de esta lápida, la sepultura  fue atribuida a Boabdil (error bastante  disculpable dado que el Zagal y su sobrino Boabdil tenían el mismo nombre real: Abú Abd Allah Muhammad).
 El texto  de esa lápida puede leerse en José A. Tapia Garrido Almería Mudejar, pgs. 48-49.

 Boabdil en Laujar
 Cuando en noviembre de 1491 se ajustaban las capitulaciones de Granada,  Boabdil pidió toda la Alpujarra en señorío y  el derecho de transmitir este señorío a sus herederos. 
 Tras  hacerse efectiva  la entrega de Granada el  2 de enero de 1492Boabdil, el último emir,  marchó  allí con su mujer, su madre, su hermana y con los cortesanos que los siguieron
 Los Reyes Católicos le dieron licencia para que, perdida Granada, pudiera  trasladar  los cadáveres de los emires granadinos al cementerio de la fortaleza de Mondújar, en el valle de Lecrín, como comentamos en el artículo dedicado al Reino de Granada.
Boabdil eligió como residencia la alcazaba de Laujar. Debió llegar en la primavera del 1492. Allí entretenía su tiempo cazando con azores y galgos.

  Los Reyes Católicos y sus colaboradores más inmediatos comprendieron que la estancia de Boabdil en Laujar era potencialmente peligrosa pues toda la Alpujarra.     bien  defendida por su ubicación geográfica, seguía estando poblada por musulmanes.
   Por otra parte, algunos  cortesanos de Boabdil pensaban  que, si había una sublevación en  la zona, aunque el  antiguo emir no moviera un dedo, se lo tendría por instigador.
  Por todo ello  muy pronto, en agosto del 1492, ambas partes iniciaron negociaciones para  propiciar la partida de Boabdil  a  Berberia.
  Boabdil estaba indeciso: había entregado su reino para tener paz y ahora se le negaba. Hernando de Zafra por parte de los Reyes Católicos  y sus propios colaboradores lo convencieron de que lo mejor era irse. Por las cartas de Hernando de Zafra a los Reyes Católicos se pueden seguir las incidencias de este período.

Finalmente el 15 de abril de 1493  los Reyes Católicos y Hernando de Zafra  firman las capitulaciones para la partida de  Boabdil y  la venta de su señorío  alpujarreño  a los Reyes Católicos.  Boabdil las firmó  después. 

  El  documento (un pergamino de cinco hojas, escrito en castellano y en árabe) está  fechado el 8 de julio de 1493. En él  Boabdil  -último emir de Granada, que se había conformado con vivir en Laujar y mantener  el  señorío alpujarreño con carácter hereditario- firma  la cesión  de  lo poco que le había quedado  y  da un  adiós definitivo a la tierra en la sus antepasados habían vivido durante siglos.

   Este documento se conserva en el Archivo General de Simancas. Sin embargo desde el 2 de diciembre de este año y hasta primeros de marzo del 2014 puede verse  en la exposición "El poder de la Alhambra" que se exhibe en el Palacio de Carlos V en Granada.


Capitulaciones  de Andarax (Almería), 8 de julio de 1493, Archivo General de Simancas
Pergamino, 31,5 x 22,6 cm (5 hojas)

 Los Reyes Católicos cerraron la operación  en 23.680 castellanos de oro,  que equivalían a once millones y medio de maravedís: Boabdil percibió 18.000 castellanos de oro por sus posesiones, el resto se repartió entre otras personas.
 Firmadas ya por ambas partes las capitulaciones para salir definitivamente de la península, murió en Laujar entre los  12 y el 28 de agosto (ese día el luctuoso hecho fue comunicado a los Reyes Católicos)  la esposa de Boabdil, Moraima, la última sultana hispano musulmana. Como, si de alguna manera, se hubiera negado a abandonar la tierra de sus antepasados y la suya propia. 

   Según testigos presenciales, la última sultana de Granada fue enterrada en el cementerio real de Mondújar, cerca de Lecrín, camino de la Alpujarra, donde, como se ha dicho más arriba, Boabdil, al  tener que abandonar  Granada, había  depositado los restos mortales de sus antepasados trasladándolos desde la rawda o cementerio de la Alhambra.
  Finalmente en los primeros días de octubre de 1493  Boabdil y los suyos embarcaron en el cercano puerto de Adra rumbo a Berberia. Los llevó una escuadra formada por cinco barcos,  puesta a su disposición por los Reyes Católicos.

 Boabdil vivió, lejos de su tierra, cuarenta años más.
Con la marcha de Boabdil desde Laújar, acaba definitivamente la Hispania musulmana.

  Sin embargo una pregunta ha  quedado sin respuesta en la Historia desde el mismo momento de la partida de Boabdil, como muy poco después (en noviembre del mismo año de 1493) insinuaba ya Pedro Mártir de Anglería en una carta de su  Epistolario:
    Tras quedarse  con un señorío que logró que fuera  hereditario, es decir que pudiera transmitirlo a sus hijos, ¿se fue Boabdil lejos de su tierra, a vivir como un desterrado, por su propia voluntad o lo obligaron las circunstancias?.
  En 1494, el año siguiente a  la marcha de Boabdil, el rey Fernando ordenó destruir parcialmente la alcazaba de Laujar y construir en su interior un baluarte.
Recientemente unos arqueólogos dicen haber descubierto la tumba del último emir hispano musulmán:

  OTROS PERSONAJES VINCULADOS A LAUJAR  

 Yahya al Nayar, “el infante de Almería”.  En el año 1500, también se retiró a  vivir a Laujar hacia el final de su vida (allí murió en 1506) Yahya al Nayar, señor de la Alpujarra, nieto del rey nazarí Yusuf IV.

Yahya al Nayar fue  importante personaje del bando de El Zagal (del cual fue cuñado), buen guerrero y hábil político. Cuando el Zagal era rey de Almería, Yahya al Nayar era considerado por muchos su virrey. 
 Después se pasó  al bando de los  Reyes Católicos, incluso fue  bautizado secretamente en la cámara del rey Fernando el 25 de diciembre de 1489: tomó el nombre de  D. Pedro de Granada.  Sirvió lealmente a los Reyes Católicos y gozó siempre  de su consideración y estima. 

Es conocido como “el infante de Almería”. 

Abén Humeya.  Durante la sublevación de los moriscos alpujarreños de 1568-1571, Laujar y lo que quedaba  de su alcazaba fue escenario  de hechos  cruciales.
  En  los restos de la alcazaba tuvo su cuartel general Abén Humeya, el más importante  jefe de la rebelión morisca. Su verdadero nombre era  D. Fernando de Válor y Córdoba y su  nombre musulmán Muhammad ibn Umayya. En  Laujar fue asesinado el 20 de octubre de 1569.

Francisco VillaespesaEn 1877 nació  en Laujar,  poeta y novelista. Es el más conocido de los poetas almerienses.  Autor, entre otros, del drama teatral Aben Humeya.


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