sábado, 17 de enero de 2015

“Breve Historia de los Mayas”, de Carlos Pallán Gayol, publicada por Nowtilus







Julia Sáez-Angulo

         Los mayas constituyen una civilización en muchos aspectos superior a la romana o bizantina. Su calendario era más preciso y sofisticado, por ejemplo. Breve Historia de los Mayas, del experto en Mesoamérica Carlos Pallán Gayol, ha sido publicada por la editorial Nowtilus. El autor descifra el pasado maya con elocuencia y amenidad.

         Con ilustraciones en blanco y negro, la Breve Historia de los Mayas nos da cuenta de datos tan singulares como que los mayas tenían el conocimiento astronómico para predecir elipses y registrar los ciclos de Venus y Marte.

         Aunque los mayas no conocieron la rueda (descubierta por los hititas), ni contaron con bestias de carga, construyeron inmensos templos, más voluminosos que algunas catedrales europeas.

         Curiosamente los mayas desarrollaron un sistema numérico vigesimal,  que les permitió cálculos cuya precisión no se verían en Europa hasta la alta Edad Media. Y registraron la existencia de un diluvio y lo fecharon previamente al año de 3114 a. de C.

         El índice de la Breve Historia de los Mayas pone al día de los estudios en esta civilización; habla de los Orígenes y desarrollo; la entrada de Teotihuacán en el entramado maya; la era dorada delos grandes reyes; la gloria y el poder de la región occidental durante el periodo Clásico tardío; el colapso Clásico terminal; la llegada de K´uk´ulkaán, y finaliza con la Colonia y las rebeliones indígenas mayas de ayer y hoy.




        
         “Bien es cierto que la gran civilización que crearon los mayas se extinguió, junto con las formas más elevadas, que cobró jamás su conocimiento y arte, aunque según veremos, ello ocurrió en gran medida por causas muy anteriores a la época de contacto europeo”, se dice en la introducción del libro.

         “Dispersos en sus comunidades o entremezclados con la población de grandes ciudades en México, Guatemala, Honduras, Belice y El Salvador, ellos se siguen enfrentando cotidianamente al reto de ser diferentes a quienes hoy gobiernan”.


          
        





         

viernes, 16 de enero de 2015

Mercedes Ballesteros, el Hogar Extremeño en Madrid adquiere uno de sus cuadros



 "Traje regional extremeño" de M. Ballesteros


Julia Sáez-Angulo

         El Hogar Extremeño de Madrid ha adquirido el cuadro de la pintora Mercedes Ballesteros titulado Traje regional extremeño, en el que se representa el vistoso pañuelo de cien colores de Cáceres, junto a otros textiles y adornos de la vestimenta del lugar.

         La directora del Hogar Extremeño en Madrid, Maruja Sánchez Acero recibió el cuadro pintado al óleo (81 x 65 cm.), que fue mostrado a los socios e invitados del Hogar, al final del acto cultural en el que se presentó el libro Narraciones Infantiles. Cuentos extremeños e hispanoamericanos, del escritor riojano/extremeño Bonifacio Gil García, ilustrado por el pintor Félix Malfeito.

Mercedes Ballesteros Rodríguez (Noblejas, Toledo, 1946), pintora y escultora, domina la representación de los textiles por su color, volumen y texturas, como lo atestigua en el citado cuadro. Le gusta captar el colorido y la caída de los pliegues de los mantones de Manila y de distintas regiones; los bordados y calados de los manteles blancos o las vestimentas de las bailaoras.



M. Ballesteros y Maruja S. Acero


     La pintora es versátil y también gusta de representar las trasparencias del cristal o la opacidad de las porcelanas, siempre con un buen sentido espacial a la hora de componer el cuadro.

      La pintora ha interpretado también el retrato y la acuarela como técnica. Por su estudio/taller en Madrid han pasado muchos alumnos y profesores; un lugar donde se indaga y debate sobre el arte.


          Mercedes Ballesteros, tesorera de la Asociación Española de Pintores y Escultores, AEPE,  cuenta un premio de pintura al aire libre que lleva su nombre, organizado por el Ayuntamiento de Noblejas, su pueblo natal toledano.



        
        


Pilar Martín Gila, en el Ciclo de poesía contemporánea “Favorables”



 Pilar Martín Gila



Julia Sáez-Angulo


         La escritora Pilar Martín Gila ha intervenido en el Ciclo de poesía contemporánea “Favorables”, dirigido por el poeta Juan Carlos Suñén, que tiene lugar en el Centro/Centro Cibeles.

         Pilar Martín Gila (Aragoneses. Segovia, 1962) estudió Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid y Filología en la Universidad a Distancia, UNED. Es autora de los poemarios Para no morir ahora, Demonios y leyes, Ordet, y Otro año en el mundo. También es narradora y colaboradora en diversos medios informativos y revistas culturales, donde ejerce la crítica literaria. En Radio Círculo ha dirigido Doble Fondo.

         La poeta recordó su gran interés en la vinculación de la poesía con la música y ha colaborado en diversas obras del compositor Sergio Blardony, presente en la lectura/recital de Favorables.

     Martín Gila ha colaborado también con la improvisadora musical Chefa Alonso. Actualmente dirige el Instituto para la Formación, Investigación y Desarrollo de la Música y otras Artes, IFIDMA, entidad sin ánimo de lucro, según explicó la autora.

         La escritora invitada  leyó poemas de los últimos ocho años y comentó el hecho de inspirarse en otras obras literarias y cinematográficas previas, como la balada El Rey de los elfos,  de Goethe, la narrativa del cuento El silencio de las sirenas, de Kafka o la película danesa Ordet (Palabra) de 1955, que da incluso título a su libro, donde se habla del religare del hombre con Dios y la alternativa entre fe y razón. 

        El asunto de la intertextualidad fue motivo de debate en el coloquio. “Toda escritura tiene una lectura previa, en la continua cesión de unos escritores a otros”, explicó la poeta, “si bien escribo el libro con el deseo de que sea autónomo”.
        
         El coordinador de Favorables, Juan Carlos Suñén destacó  la importancia de la “estructura como trampa para lograr el sentido” en la poesía de Martín Gila, así como su deseo de perfección. “Tiene un rarísimo talento para la trascendencia de lo efímero, y eso nos remite de nuevo a la música”, señaló en otro momento. “Su obra es una de las voces más hermosas de la poesía española”.

          Clara Janés será la invitada del mes de febrero.


        



        

        


XVIII PREMIO INTERNACIONAL DE FOTOGRAFÍA HUMANITARIA LUIS VALTUEÑA




L.M.A.

Madrid, 16-ene-15.- El próximo martes 20 de enero, el ganador y finalistas del último Premio Internacional deFotografía Humanitaria Luis Valtueña y un representante de Médicos del Mundo presentarán la exposición de la XVIII edición del premio que cada año organiza la ONG.

La muestra, compuesta por 39 instantáneas, estará abierta al público desde el 20 de enero al 1 de febrero antes de viajar a otras ciudades.

José Palazón, con su foto titulada “Paisajes de desolación”, que muestra la valla de Melilla desde un campo de golf, ha sido el ganador de esta edición.

El palmarés incluye tres finalistas.  El primero es Andrés Kudacki que resultó seleccionado con “Crisis nacional de vivienda. Desahucios”. El segundo finalista es David Rengel, con la serie titulada “Turismo sucio”, que muestra a un grupo de turistas japoneses durante una visita guiada a un vertedero de Camboya donde trabajan decenas de niños. El fotógrafo Czuko Williams es el tercer finalista con “Hotel de las estrellas”, diez imágenes de personas sin hogar que duermen en la calle, contextualizadas en comercios o rincones diferentes de Madrid.

A esta edición se han presentado más de 1.700 fotografías tomadas por 180 profesionales
De 25 países

El mismo día, a las 19 horas, se inaugura la exposición de la XVIII edición del Premio,  también en CentroCentro Cibeles de Cultura y Ciudadanía. El premio lo convoca anualmente Médicos del Mundo en recuerdo de cuatro cooperantes asesinados cuando trabajaban en proyectos de acción humanitaria en Bosnia y en Ruanda.

jueves, 15 de enero de 2015

El Museo Sorolla amplía su colección con nuevas adquisiciones y depósitos


·        El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha adquirido el lienzo Retrato de Don Juan Antonio García del Castillo para su exposición en el Museo Sorolla

·        También se han presentado otros cinco cuadros del artista valenciano depositados temporalmente en el Museo por coleccionistas privados





L.M.A.

15-enero-2014.- El director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, y de Archivos y Bibliotecas, Miguel Ángel Recio, ha presentado hoy en el Museo Sorolla la obra de Joaquín Sorolla y Bastida, Retrato de Don Juan Antonio García del Castillo recientemente adquirida por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para el Museo. El lienzo estará expuesto al público hasta el 1 de febrero y a continuación se someterá a un tratamiento de conservación y restauración.

Esta obra enriquece la importante colección de retratos familiares que conserva el Museo, y se relaciona especialmente con el retrato que Sorolla hizo en 1890 a Clotilde, su mujer y hermana del retratado, de similares características, también vestida de negro sobre fondo claro. El valor de esta adquisición ha sido de 135.000 euros.

Retrato de Don Juan Antonio García del Castillo
El lienzo, realizado en 1887, representa al cuñado y amigo del pintor, al que va dedicado: “A mi querido amigo Tono”. Ambos fueron condiscípulos en la Escuela de Bellas Artes de Valencia. El elegante joven aparece vestido con el traje de etiqueta que llevó en su boda con María Banús. Tanto en la técnica como en las referencias visuales, el retrato muestra el interés de Sorolla por las últimas tendencias en el género. La figura, de nítido dibujo en el rostro, utiliza su mejor carácter pictórico en el tratamiento de tonalidades del traje negro y en el fondo claro que inunda de luminosidad el cuadro y que recuerda a la retratística de Emilio Sala y la estética fin de siglo.


Otras obras de Sorolla en depósito
Igualmente se han presentado otros cinco cuadros de Sorolla que recientemente han sido depositados en la institución por varios coleccionistas particulares y que permanecerán expuestos temporalmente en el Museo.

Los lienzos El bote blanco. Jávea; Sombra del Puente de Alcántara. Toledo; y Playa de Valencia, procedentes de una colección privada estadounidense, serán depositados en el Museo Sorolla a partir de la próxima semana, después de su participación en la exposición ‘Sorolla y Estados Unidos’. Permanecerán en el Museo hasta enero de 2016, fecha en que se incorporarán a la exposición ‘Sorolla en París’ que se celebrará sucesivamente en la Kunsthalle de Munich, el Musée des Impressionnismes de Giverny y finalmente en el propio Museo Sorolla.

-       El bote blanco. Jávea (1905) pertenece a uno de los momentos más apasionantes de la obra de Sorolla: el verano en que pinta deslumbrado por la limpieza de las aguas de Jávea y la intensidad de los colores que adquieren los reflejos sobre el fondo oscuro de las rocas: su paleta se enriquece con verdes, turquesas o anaranjados insólitos en su producción, y azules ultramar particularmente profundos, y el pintor se apasiona con el desafío de pintar bajo las aguas transparentes el doble movimiento de los cuerpos infantiles que juegan y de las olas que descomponen y recomponen sus siluetas.

-       Sombra del Puente de Alcántara. Toledo (1906) es un magnífico ejemplo de la táctica con que Sorolla escoge sus encuadres para poner al espectador ante un espectáculo de pura pintura: eliminando el cielo y el horizonte, el lienzo se cubre de largas y rápidas pinceladas cargadas de color que nos hacen disfrutar con el placer mismo de la imagen casi abstracta de luces y reflejos,  antes de permitirnos reconocer el motivo representado, la sombra  del puente –que no está en la propia imagen-, proyectándose en el agua  del rio que fluye: el objeto representado por su sombra en un medio transparente y en movimiento es una vuelta de tuerca en el proceso que tanto apasionaba a Sorolla: el  de convertir los objetos en efectos visuales.

-       Playa de Valencia (1908) fue pintado durante el verano y forma parte de un conjunto de obras con el tema de barcas y muchas figuras en la playa. Reúne algunos de los temas favoritos de Sorolla: las airosas siluetas de las velas, el bullicio de los niños jugando entre las olas, el brillo de los cuerpos empapados, los reflejos en el agua. Motivos y escenas estudiadas con anterioridad pero que ahora plasma con mayor virtuosismo y que resuelve con un estudio de la totalidad del conjunto.

Las obras Después del baño y Elena en la Playa, también procedentes de una colección privada, han sido depositadas por un periodo de 5 años en el Museo Sorolla de Madrid.

-       Después del baño (1892) es una pieza excepcional, especialmente importante para el Museo, ya que tanto por su tipología, un desnudo, como por su fecha de ejecución, llena un hueco en la colección, que carece de obras de entidad de la primera época de Sorolla. Es seguramente su mejor desnudo académico, en la línea de evocación idealizada de la antigüedad clásica cultivada en las mismas fechas por algunos pintores célebres como Lawrence Alma Tadema. Junto a la impecable corrección académica del dibujo, llama la atención el alarde técnico con que Sorolla matiza las distintas texturas y blancuras de la piel, el mármol y la tela.


-       Elena en la playa (1909) entra en la categoría de retratos de familia, en este caso de su hija menor. Como el anterior, cubre un vacío en la colección del museo, que carece de retratos individuales de Elena (si exceptuamos uno, Elena con una muñeca, que la representa con dos años). Este es contemporáneo del Paseo a la orilla del mar, que se muestra en la misma sala y al que parece completar (el Paseo a la orilla del mar representa a Clotilde con la hija mayor, María). Ambos pertenecen al momento de plenitud de la carrera de Sorolla, cuando tras el formidable éxito de crítica y público en su periplo norteamericano, pasa el verano junto a su familia en Valencia, en cuya playa realizará algunos de los cuadros más logrados, personales y representativos de su carrera.