sábado, 20 de febrero de 2016

“Las Iglesias del antiguo Madrid” por el historiador y arqueólogo José Félix de Vicente






Julia Sáez-Angulo

         “Las Iglesias del antiguo Madrid” fue el tema  de la conferencia impartida por el historiador y arqueólogo, además de sacerdote, don José Félix de Vicente,  en el aula de la Real Parroquia de San Ginés. El acto se inscribe dentro de un programa de conferencias organizado por el voluntariado cultural Spíritus Artis.

         El conferenciante hizo un recorrido por la historia de Madrid y la presencia sucesiva de sus asentamientos religiosos e iglesias, con la continuada presencia cultural y  hegemónica hispano romana, visigoda, hispano-musulmana y cristiana. Siempre en la geografía situada en torno al altozano de la Cuesta de la Vega, lugar estratégico y defensivo donde no falta el agua de las corrientes subterráneas.

         Desde la presencia hispano-romana hay asentamientos cristianos, como lo demuestran las excavaciones arqueológicas y los Archivos de la archidiócesis Toledo.

         Recordó que la primera advocación de la Concepción Inmaculada se afincó en Madrid, realizados ya los concilios de Éfeso y de Nicea, donde se acuña la creencia de la Theotocos o Madre de Dios. La primera iglesia madrileña con esa advocación se encuentra exactamente en un edículo bajo la hornacina de la imagen de la Virgen de la Almudena que se encuentra en la muralla en la que apareció.

         Don José Félix de Vicente Rodríguez explicó también el primer arrianismo de los godos, hasta la conversión y unidad católica con Recaredo tras el tercer concilio de Toledo. El arrianismo no cree en la divinidad de Cristo.

         Hizo hincapié en que Madrid fue medina con el hijo de Mohamed I y que fue conquistada, mientras que Toledo capituló. La medina de Magerit pasó con Alfonso VI, en 1085, a Matritum, Madrid, que era lugar estratégico de paso a Toledo desde Guadarrama. Los cristianos mozárabes vivían fuera de la medina, los hispano-musulmanes se asentaron en Puerta de Moros.

Iglesia de los Servitas

          Madrid se fue enriqueciendo con la presencia de grandes familias como los Herrera, que crean la capilla del futuro santo Isidro; los Monzón que fundan la iglesia de santa Ana, patrona de los gitanos o los Vozmediano que crearon su capilla con ricas pinturas. Todas esas familias fueron enriqueciendo las iglesias de Madrid.

         Se creó la cofradía de la Esclavitud con Felipe IV para defender la Concepción Inmaculada de Santa María la Real de la Almudena. Un incendio pavoroso  destruyó la Theotocos y Enrique IV encargó una imagen de la Virgen. Más adelante, la reina Isabel de Borbón, quiso vestirla con sus ropas y cortó los brazos de la imagen, que habría de restaurarse más adelante.

         El conferenciante se detuvo ampliamente en los distintos avatares históricos de las iglesias del antiguo Madrid, a las que afectaron las disposiciones de José I Bonaparte, Pepe Plazuelas; el urbanismo del marques de Vadillo, en tiempos de Isabel II; la iglesia de la Almudena frente a palacio real, por Alfonso XII a petición de su esposa María de las Mercedes…

         Las iglesias de san Ginés, san Nicolás de los Servitas, san Pedro, san Juan, la primitiva de Santiago, san Salvador, san Andrés, san Miguel… se iban enriqueciendo con valiosas pinturas y competían en la altura de sus torres. Con las distintas actuaciones urbanística ses perdieron la fábrica de algunas iglesias, pero no su feligresía.

         San Nicolás de los Servitas ha sido restaurada recientemente  y vale la pena visitarla. Cuenta con una precisa Virgen madrileña con azabaches y piojera –no todas se iban a vestir a la andaluza-, imagen que se sacaba en procesión durante el rosario de la aurora para rogativas.

         (De don José Félix de Vicente, incansable conferenciante, se conoce la anécdota o leyenda de que en una de sus explicaciones en clase, que había comenzado a las 13,30, comenzó a sentir hambre y miró el reloj. Eran casi las 15 horas. Los alumnos había dado la orden al bedel, de que no avisara al final de la hora para no interrumpirle).
        



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