miércoles, 9 de noviembre de 2016

AUTOENTREVISTA DE JESUS RIOSALIDO, REALIZADA POR SU OTRO YO, JAVIER BUHAZ





Jesús Riosalido Gabotti

L.M.A.

J.B. ¿Cuándo pensó usted por primera vez en escribir?
J.R. Ya de muy pequeño tuve la inclinación de escribir, entre los ocho y los diez años de edad. Mi libro AUTOBIOGRAFIA DEL NIÑO JESUS salva las piezas de teatro, la prosa y los pocos poemas que considero conservables. Es una verdadera autobiografía que algún valor puede retener hoy día.
J.B. ¿Y después?
J.R. Después, mi padre me envió a Egipto, donde estudié, que quieras que no, árabe con los padres jesuitas del Colegio de San José del Barrio o Hayy al-Abbassiyah, cerca de la mezquita del Azhar. y donde añadí algunos textos que asimismo aparecen en mi libro antes citado.
J.B. Hay un libro poético algo raro suyo, que se llama UMBRAL. ¿Cómo lo juzga ahora?
J.R. Es una obra intermedia entre mi adolescencia y lo que en esta momento considero obra auténticamente mía. De la misma forma en que la AUTOBIOGRAFIA es un trabajo de infancia, UMBRAL es una obra de adolescencia. A señalar sus muchos sonetos, forma que después casi abandoné del todo.
J.B. ¿Qué obra considera el principio su trabajo aceptado, y cómo evolucionó en el tiempo?
J.R. Aunque al principio no quise aprender voluntariamente árabe, los cierto es que el misterio de aquella cultura siempre me atrajo, y por eso el primer libro que considero auténticamente  mío es ZEJEL  DEL LIBRO DEٌ AMOR,   que     publicó Alfaguara. El tiempo incorporó a este inicio libros místicos, como EL DIVAN DE LAS SOMBRAS, o MAQAMAT de Adonais,históricos,, como MUWASHAJAT, amatorios, como CIRCO DE URGENCIA, y ya escandinavos, como ANDERSENS BOULEVARD, o CHRISTIANIAS DIGTE, y otros muchos para los que no habría sitio suficiente aquí de quererlos mencionar todos.
J:B. ¿Y premios?
J.R. Unos quince, pero entre ellos citaré el Fray Luis de León, el Francisco de Quevedo, el Camilo José Cela, el Villa de Martorell, el Nicolás del Hoierro y así hasta quince.
J.B. Pero usted tiene también obras en prosa.  ¿Nos puede decir cuáles?
J.R. Empecé en prosa con varias colecciones de cuentos, DESPEDIDA, LA CASA DEL ÑANDU y EL RAMO DE CENIZA, que también obtuvieron diversos reconocimientos, En cuanto a la novela, me basé en el Frederick Forsythe aventurero, pero en vez de tomar temas inventados, los substituí por otros reales, como Gibraltar en LA DAMA DE OOSTENDE, o Ceuta y Melilla en EL PUERTO DE BENI ENZAR.
J.B. Sin embargo, su ultima novela,  EL BUFALO DE AGUA, nada tiene que ver con todo eso, ¿no es cierto?
J.R. Pues no, claro, Es un doloroso recuerdo de mi fallecido hermano Antonio, en el marco de un imaginario viaje a Australia, y en el curso del cual caza un búfalo de agua.
J.B. Pasemos al teatro. ¿Inquietud? ¿Por qué tanto cambio?
J.R. No es cambio porque sí, sino experimentación. Soy un gran curioso. Mi primera obra, LA GUERRA, fue escenificada en Ammán, donde estuve destinado, Con el tiempo ganó un premio de teatro, el Ascua 2000. Fui finalista en el Tirso de Molina dos veces, una con LOS GIRASOLES,  y otra con FUNCION DE LIMITES. Asistí    a numerosas tertulias teatrales, hasta que se extinguieron. He estrenado además en Madrid, Copenhague, Viena, Estocolmo, Helsinki, Murcia y otros lugares.
J.B. Es usted incansable.
J.R. Soy inquieto, que no es lo mismo.
J.B. Seguro que también tiene otras actividades literarias y artísticas.
J.R. Todo me atrae, todo lo examino. Tendré unos cien cuadros pintados al òleo, al acrílico, a la acuarela, y a la tinta china, No suelo utilizar técnicas mezcladas. Es lo que me mandó hacer el profesor Aragoneses, del instituto Ramiro de Maeztu, Escuela Preparatoria.
J.B. ¿Y la música?
J.R. Poca cosa, Una Sonata incluida en mi libro AUTOBIOGRAFIA y una Marcha en el mismo libro. El maestro Bendito y el pianista Leopoldo Querol intentaron enseñarme solfeo, pero fue una profesora danesa, Birte Gram, la que atornilló el solfeo a mi espíritu.
J:B. ¿No ha esculpido figuras ni construido carreteras?
J.R. ¿Es broma?
J.B. Puede. Me sorprende usted.
J.R. No,  pero he estado destinado en dieciseis países como diplomático o cónsul, y en nueve como Embajador. Es una tradición de mi carrera.
J.B. Me voy  antes de que me convierta en un libro.
J.R. Pues buenos días.

J.B. A más ver, colega.

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