sábado, 13 de agosto de 2016

José María Calvo, autor del libro “Memorias de un profesor”, un debate educativo publicado Ápeiron




 José María Calvo



Julia Sáez-Angulo

            José María Calvo es el profesor autor del libro Memorias de un profesor, publicado por la editorial Ápeiron, después de una fecunda trayectoria docente en la Universidad de Montclair en Estados Unidos y en la enseñanza secundaria en El Escorial, ciudad donde reside. “Escribo algo sobre algo que ya he vivido”, dice el autor de estas memorias llenas de reflexiones sobre la educación y la vida, la educación en y para la vida.

            La educación es el interés y la pasión del filósofo escritor José María Calvo de Andrés (Villamor de los Escuderos, Zamora, 1948) tiene una decena de libros en su haber, entre ellos  Educación y filosofía en el aula (Barcelona, 1994), Filosofar en la escuela: los jóvenes piensan (Barcelona, 2006) y Éxito en educación (Madrid, 2009). Además ha escrito libros sobre El Escorial y sobre su pueblo natal Villamor. Actualmente prepara una novela situada en tiempos del célebre obispo Acuña en Zamora (1453 – 1526).



            “Unas memorias son un relato, una novela. Ortega decía que somos “novelistas de nosotros mismos”. Vivimos entra la dialéctica de la realidad vivida y la ficción, la imaginación”, explica el autor de memorias de un profesor.

            “Leer una memorias obliga a reflexionar, a movilizar la mente, a que el entendimiento pida ayuda a la memoria para trabajar juntos”, dice el profesor Calvo. “Me considero incapaz de mostrar algo a quién por sí mismo no lo ve. Porque quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación”.


            El autor recuerda lo que decía Funes el memorioso, singular personaje de Borges: “Somos nuestra memoria, ese quimérico museo de formas inconstante, ese montón de espejos rotos” y recoge la afirmación del Mario Benedetti: “Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, nos cambiaron todas la preguntas”.
           
            Llegará un día en que nuestros recuerdos serán nuestras riqueza”, con esta cita de Paul Giraldhy se abría la introducción.

            “Un hombre que no lucha por sus ideas es o porque no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre“, con esta cita de Platón se abre el libro que lleva como índice: Un buen profesor; La filosofía; El instituto; El aula; La clase; Enseñar o aprender; El giro copernicano; Filosofía para niños; Una mirada a la infancia; El destino; La vocación; El protagonista; ¿Se educa en valores o se aprenden valores?, y Y llegados aquí.

            Para el profesor Calvo, su libro Memorias de un profesor es un grano de arena en el debate educativo, pero realmente se trata de una aportación importante para el debate decisivo de la Educación en un país. “Un pueblo educado es capaz de mover las montañas, que la vida le va presentando. Si no lo hace un pueblo educado, no lo hará nadie”, añade.



viernes, 12 de agosto de 2016

De las fiestas de pueblo a la Biblioteca Nacional de España


Todo lo publicado en España se almacena en la institución, también los éxitos musicales estivales



L.M.A.

-16 de agosto de 2016- Al contrario de lo que mucha gente piensa, no sólo los libros tienen su espacio en la Biblioteca Nacional. Por depósito legal, aquí descansa una copia de todo lo que se publica en España. La BNE recoge ejemplares de todo tipo de publicaciones reproducidas en cualquier clase de soporte. El depósito legal es la norma que permite la conservación de todo el patrimonio cultural, tanto el bibliográfico, como el sonoro, el visual, el audiovisual y el digital.

Dentro de la Biblioteca, también las canciones del verano tienen su espacio. ¿Quién no ha bailado o tarareado alguna vez esas pegadizas melodías que cada año, con el calor, llegan para colarse en nuestra cabeza?

En la sala Barbieri de música y audiovisuales, entre los fondos de grabaciones sonoras, se pueden encontrar todos los temas que a lo largo de los años se han convertido en canción del verano. La música de nuestra historia se puede consultar en diferentes formatos: casetes, discos de vinilo, discos compactos y hasta en cintas magnéticas en cartucho de ocho pistas u “8track”.

En el blog de la BNE presentamos una selección de las más sonadas canciones del verano que aún permanecen en la memoria colectiva de todos:

María Isabel (Los Payos, 1969)
Un rayo de sol (Los Diablos, 1970)
Eva María (Fórmula V, 1973)
Hay que venir al sur (Raffaella Carrá, 1979)
Dime que me quieres (Tequila, 1980)
La bamba (Los Lobos, 1987)
Lambada (Kaoma, 1989)
Tractor amarillo (Zapato Veloz, 1992)
La Barbacoa (Georgie Dann, 1994)
La Macarena (Los del Río, 1995)
Bomba (King África, 2000)
Aserejé (Las Ketchup, 2002)

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Las tintas que usó Cervantes: recetas y secretos en la España del siglo de Oro


En la Biblioteca Nacional se conservan numerosos manuscritos con fórmulas para fabricar tinta negra



L.M.A.

 2016.- Entre los fondos de manuscritos e impresos de la Biblioteca Nacional se conservan numerosas fórmulas para fabricar tintas, engrudos, ceras, sisas y otros materiales para escribir, miniar, dibujar y hacer grabados. Aunque existió una fecunda literatura impresa, también pueden encontrarse recetas anotadas para hacer tinta negra entre las páginas de sermonarios, libros  de derecho o entre los papeles de personajes relacionados con el mundo del libro. Ello parece reforzar la idea de que, desde la Edad Media a finales del siglo XIX, notarios y escribanos, religiosos, maestros, escritores y artistas preparaban su propia tinta para escribir y dibujar.

Los procedimientos de fabricación y los ingredientes utilizados variaban con frecuencia, por lo que las propiedades y características de la tinta también lo hacían. Encontramos recetas para escribir sobre pergamino o papel; en polvos para guardar y usar en el momento; tintas para ser borradas sin dejar rastro o permanentes; color verde para iluminar, colorado para dibujar o negro para aguadas; secretos para hacer letras de oro sin oro y de plata sin plata; tintas moradas y rojas, verdes, amarillas, más blancas que el papel e, incluso, las que permitían leer lo escrito sin luz.

Gracias a la gran cantidad de recetas conservadas en manuscritos de la época y a las numerosas fuentes impresas, es posible hacerse una idea de qué tintas utilizó Cervantes a lo largo de su vida para escribir. Probablemente estaba familiarizado con su elaboración, pues su padre y su abuelo eran hombres de letras (cirujano, el primero, y letrado, el segundo) que hacían, a menudo, uso de ellas.    

                    

El estudio de las fuentes escritas sobre la elaboración de tintas es indispensable para entender las peculiaridades de los manuscritos e impresos conservados en nuestras bibliotecas, sus modos de producción, su estado de conservación o, incluso, su deterioro. Escondidas entre tratados de medicina, libros de alquimia, recetarios de cocina o anotadas entre textos de cualquier materia, la Biblioteca Nacional conserva un buen número de recetas de tinta del Siglo de Oro. Alguna pudo haber sido utilizada por nuestro autor.


Regreso al futuro: sobre digitalización en la BNE






L.M.A.


-12 de agosto de 2016- El proyecto de digitalización sistemática de la Biblioteca Nacional comenzó en 2008. Ocho años y más de 30 millones de páginas digitalizadas después, cuesta imaginar muchas de las actividades de difusión cultural, de investigación, cooperación o preservación sin el soporte digital.

En sus comienzos, la Biblioteca adquirió el compromiso de digitalizar 20 millones de páginas en cinco años, lo cual trajo cambios importantes en numerosos procesos. Requirió nuevas infraestructuras y un trabajo conjunto y transversal entre casi todos los departamentos de la institución, desde salas y referencia, hasta catalogación o preservación… coordinado desde un área recién creada, la de Biblioteca Digital y dando lugar al portal de Biblioteca Digital Hispánica (BDH).

La preservación digital a largo plazo, la difusión de las colecciones digitales, la Biblioteca Digital del Patrimonio Iberoamericano (BDPI) y la reutilización de colecciones y datos son algunas de las cuestiones que han marcado la actividad en la BNE este año.

La digitalización sistemática continúa gracias al convenio que la BNE firmó con la entidad pública Red.es el pasado mes de octubre, por el que se acordaba la colaboración entre las dos instituciones en la preservación digital y la puesta a disposición de los ciudadanos de los fondos de la Biblioteca, reimpulsando así la preservación de líneas estratégicas de digitalización.

El fomento de la innovación tecnológica se da también gracias a la firma del segundo acuerdo con Red.es, en marzo de este año, con el que se favorece el impulso de la reutilización de los contenidos y colecciones digitales de la Biblioteca.

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jueves, 11 de agosto de 2016

Félix Ruiz de la Puerta y “El espacio arquitectónico o el esplendor de la belleza”





Julia Sáez-Angulo

            El escritor Félix Ruiz de la Puerta es autor del libro El espacio arquitectónico o el esplendor de la belleza, publicado por Ediciones Asimétricas. Un libro de ensayos en los que la contemplación del espacio y la belleza se dan la mano. Una reflexión estética por la que desfilan nombres  y algunas imágenes de Fugimoto, Whight, Borromini, Kuma, Zaera, Xiaogang, Hunderwaser,Hsiang, Monet, Vasarely, Oribe o Escher.

            El índice del libro acoge los apartados: Realidad e ilusión de las formas geométrica; Fenotopología de lo cóncavo y lo convexo, y La construcción del paisaje. El prólogo de Belén Relloso Horna se abre con una cita del propio autor Ruiz de la Puerta: “La aventura del conocimiento comenzó con los griegos, un pueblo inquieto que se sintió seducido por las ideas de verdad y belleza”.

            Félix Ruiz de la Puerta (Toledo, 1948) es experto en arte oriental, chino y japonés fundamentalmente, y este conocimiento le hace confrontar con conocimiento y autoridad el arte oriental y occidental. El autor nos recuerda la afirmación de Víctor Vasarely  sobre las formas informes que no dejan otro recuerdo que el de una posibilidad.

            El libro El espacio arquitectónico o el esplendor de la belleza, de interés general para todo aquel lector sensible a la belleza, se hace particularmente para los arquitectos. “Me parece absolutamente revelador el planteamiento del pensamiento de un niño, de su concepción topológica del mundo, como motor generador de un espacio, entendiendo de esta manera –como parecieron hacerlo Wright y Fugimoto-, que la arquitectura también forma la personalidad y la sensibilidad frente a lo hermoso”, escribe Relloso Horna en el prólogo.

            Ruiz de la Puerta afirma que “los jardines secos tienen numerosas propiedades espaciales, que están ausentes en los espacios ajardinados europeos. Las piedras del Ryoan-ji, excepto una parecen fluir en la dirección este-oeste”.

            En otro lugar dice: “en el arte moderno europeo, y tomando como ejemplo a Monet, el vacío nunca es una ausencia sino un conglomerado de masas de colores indefinidas que según los perciba el espectador de sus cuadros generan una estructura u otra”.

            El autor de El espacio arquitectónico o el esplendor de la belleza, ofrece ejemplos elocuentes y brillantes de sus tesis sobre la geometría y especialmente sobre  lo cóncavo y lo convexo. Tras la lectura del libro, la percepción del ojo parece verse aguzado en el sutil arte del conocimiento sobre la arquitectura y la estética, sobre el espacio y la belleza.

           Félix Ruiz de la Puerta es también autor del libro Arquitecturas de la memoria, publicado por Akal, o El jardín japonés, por Tecnos.