sábado, 26 de agosto de 2017

Javier Campos y Abraham Madroñal, autores de “La relación de las fiestas por la beatificación de fray Tomás de Villanueva de los Infantes”








Julia Sáez-Angulo


            El padre agustino y profesor de la Universidad María Cristina, Javier Campos Fernández de Sevilla y Abraham Madroñal Durán son los autores del libro La relación de las fiestas por la beatificación de fray Tomás de Villanueva de los Infantes. El libro ha sido editado por la Universidad Libre de Infantes “Santo Tomás de Villa nueva”, de Villanueva de los Infantes Ciudad Real. El dibujo de cubierta es de Virginia Sáinz Trápaga. El libro va ilustrado con grabados en blanco y negro.


            El libro va dedicado a doña Caridad Patón, en memoria del ingreso del profesor Tomás García Castellanos (Santo Tomás de Villanueva) en el Convento de San Agustín de Salamanca en 1516.

            “El texto propuesto es una obra inédita de Bartolomé Jiménez Patón, que durante mucho tiempo se consideró perdida y que después de volver a ser encontrada nos ofrece un relato de las fiestas de beatificación del que sería luego Santo Tomás de Villanueva, en su propia patria de Villanueva de los Infantes, en 1620”, se explica en la nota preliminar.

            “Se trata de una obra que ha escrito el maestro de Gramática de Villanueva, “Pero que se había ocultado a los ojos de los investigadores desde que se dio cuenta de su existencia a mediados del siglo XIX”, se añade en la misma nota y se agradece a los padres Laureano Manrique e Isaías Díez del Río, OSA (Orden de San Agustín), “por la revisión de los textos latinos y traducción del poema”, así como al rector don José Ignacio Ruiz Rodríguez, rector de la citada Universidad.

            Sobre el santo aludido en el libro, F. Javier Campos publicó el libro Cartas y Testamento de Santo Tomás de Villanueva (2006), publicado por la editorial Revista Agustiniana. En una de esas cartas, santo Tomás advierte al Rey sobre el peligro morisco ante la situación geoestratégica del momento.

            Santo Tomás de Villanueva, O.S.A. (Fuenllana, Ciudad Real, 1486 – Valencia, 1955), fue un ascético agustino y arzobispo.


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jueves, 24 de agosto de 2017

ALMIREZ Incordio, absurdo, egolatría y sectarismo en el cambio de nombre de las calles





Por Julia Sáez-Angulo

           
            25/08/17 .- Incordio, absurdo, egolatría y sectarismo políticos es lo que hay en el cambio de nombre de las calles, no tiene otro nombre la cuestión, a la vista de lo sucedido últimamente en las ciudades de Madrid y Sabadell con ediles advenedizos o sectarios a los ayuntamientos. Como antes lo fueran los franquistas al colocar una Avenida de José Antonio en todas las ciudades, los nuevos políticos, populistas o separatistas, cambian sus calles a gusto de su ideología sectaria y puntual.

            ¡Qué poco gusta a los ciudadanos que les cambien el nombre de las calles y no se les consulta a ellos nunca, como no se les consulta para poner estatuas inanes!

            Las calles deben tener nombres de lugares, que para eso lo son, con sentido práctico y orientador, verbigracia: calle del Ayuntamiento, de la catedral o del mercado, o de curtidores o tintoreros, para guardar la hermosa tradición del pasado…, porque orientan al ciudadano. Mi hermosa avenida del Parral en Madrid se cambió por la de Camilo José Cela, en tiempos del alcalde Manzano, amigo del Nobel porque asistió a su boda con Marina Castaño. Cerca estaba el Instituto de Segunda Enseñanza Avenida de los Toreros, que toma el nombre de la calle, en lugar de un escritor que es lo suyo.

            Cela tiene su nombre en una Universidad, una Fundación, una Biblioteca, un… ¿para qué una calle que tenía un precioso nombre que aludía al parral que cubría los tapiales del lugar? Cela presumía de las calles y plazas que llevaban su nombre en vida, sin decir nunca que en alguna de ellas se levantó otro nombre de Dante Aligieri, un escritor con tantos títulos o más que él Nobel. La excesiva adulación a un personaje resulta ridícula. No digamos con la gran plaza musoliniana en Noblejas (Toledo) que lleva el nombre de José Bono en plena vida (algo que nunca debiera suceder) para halagar al político más demagogo que ha dado este país. Lo hicieron munícipes de su color político, seguramente para lograr algo del entonces presidente autónomo. Bono aceptó encantado, porque desconoce el alipori.

            Hay situaciones patéticas en los nombres por mor de ediles necios y sectarios, como los de Sabadell, que deseaban quitar nombres como Quevedo, Antonio Machado y otros, hasta que la opinión pública les ha hecho sentir alipori. En Madrid, las confusiones de los nombres para el pretendido cambio reveló una ignorancia supina de los ediles sobre el personaje que las sustentaba. Menos mal que Pedro del Corral les puso en evidencia.

         hay ediles tan desagradecidos que, después de ponerle una calle al pintor Antonio Guijarro en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) se la quitaron, pese a que el hombre había donado al municipio numerosas obras y comprado un gran espacio para instalar allí su nuevo taller. La cosa fue tan grotesca que con el tiempo se le puso su nombre a otra calle, ahora en un polígono industrial.

            El trastorno, desorientación y gasto de mapas y direcciones en cartería y demás es brutal para los ciudadanos con el cambio de nombres, pero nada importa si se gasta pólvora del Rey, hoy de los ciudadanos. Si los ediles de turno quieren poner sus nombres afines a las calles de las ciudades, que lo hagan con las de nueva factura y no con las antiguas. Y no olvidemos lo que dijo De Gaulle a alguien que reprochó que hiciera ministro al comunista André Malraux ras la segunda guerra mundial: “¡Malraux también es Francia!”



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Alcázar de San Juan, ciudad manchega, cervantina y de la Orden Hospitalaria de Jerusalén



Molino de viento

Torreón del Gran Prior




Julia Sáez-Angulo

            24.08.17 .- Aunque el tórrido verano no sea la época más adecuada para visitarla, la ciudad de Alcázar de San Juan es un interesante enclave histórico y natural de La Mancha, que vale la pena visitar. Es tierra de molinos, cervantina y fue Encomienda de la Orden Ecuestre y Hospitalaria de Jerusalén, Rodas y Malta, de la que aún perduran vestigios de su conjunto palacial, sobre todo el torreón del Gran Prior. La ciudad se ofrece con el eslogan: Alcázar, Turismo todo el año.

            Además de lo citado, la ciudad manchega ofrece el Museo Municipal, con ricos mosaicos y otros fondos de villas romanas del entorno de Alcázar de San Juan y en el término de Piédrola ha aparecido un conjunto arqueológico espléndido, del que se entusiasma el concejal de Cultura, Mariano Fernández, porque en él se encuentran juntos pero no superpuestos, yacimientos íberos, romanos, hispano-musulmanes y otros. Es un gran tesoro que brillará cuando salga a la luz, pues va a constituir un gran parque histórico real y no pastiche.

            El Museo del Hidalgo es otro lugar visitable por viajeros y turistas, porque es un vivo testimonio de cómo vivía un hidalgo acomodado de La Mancha, que, a todo el que lo mira, trae a la memoria, por analogía, al gran hidalgo de Don Quijote.  Utensilios de labranza, trajes, armaduras, utillaje doméstico, documentos históricos, entre ellos una partida de nacimiento de un Miguel de Cervantes…

            Con motivo del centenario de libro de Azorín, La ruta de Don Quijote, que inexorablemente pasa por Alcázar de San Juan, ha hecho concebir algunos proyectos de evocación viajera y literaria a la ciudad, que se irán concretando paulatinamente.

            El Museo de Alfarería de la Mancha, el FORMMA, cuenta con una amplia colección particular de piezas de barro de la comarca que recoge todas las tiplogías de la cerámica tanto de la casa como del campo. Un paseo para los amantes del barro blanco, negro y rojizo.

            Como buen nudo ferroviario, Alcázar de San Juan, de solera ferroviaria, ofrece en el Museo del Ferrocarril más de 900 piezas que forman las distintas colecciones: locomotoras de distintas épocas, vagones cerrados del XIX, semáforos, señales mecánicas, maquinaria de vía… Y de la parte interior de las estaciones: billetes y máquinas expendedoras, gorras, centralitas de teléfono, maquetas, material eléctrico de catenarias… Para los que adoran la historia del ferrocarril, este es su museo.

            En sus paseos y plazas, Alcázar de San Juan ofrece piadosa sombra para el viajero con tupidos conjuntos de olmos de bola, árbol que ya se encontraba en el conjunto palacial y sigue presente en la ciudad.  Se trata del olmo de Bola -Ulmus Minor Umbraculifera-,  que fue replantado en la ciudad  a finales de los años 70. El técnico medioambiental, cuenta que hay 30 tipos diferentes de olmos plantados en Alcázar de San Juan.

            No lejos de la ciudad cervantina se encuentra un complejo lagunar rico en flora y fauna, con una amplia panoplia de aves como la cerceta y la cuchara común, el tarro blanco, el pato colorado, la malvasía cabeciblanca, la cigüeñuela, el flamenco común, la garza real, el fumarel, la pagaza, el colirrojo, el abejaruco, el alcaraván, el aguilucho… Un disfrute para los ornitólogos y amantes de las aves.

            De la flora lagunera destaquemos el limonium, el carrizo, la espadaña, el almajo y la malva… de todas estas plantas no está lejos el escarabajo avispa.

            No olvidemos que Alcázar de San Juan cuenta con tres humedales, auténticos microclimas: laguna de la Veguilla, laguna del Camino de Villafranca y la laguna de Yeguas.




           

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ALMIREZ: El mito de Al Andalus en EI




Julia Sáez-Angulo

            24.08.17 .- Solo la ignorancia puede sostener el mito de la recuperación de Al Andalus entre los yijadistas del autodenominado Estado Islámico, EI, de la misma manera que si Europa decidiera recuperar los territorios de Bizancio o la Tierra Santa de las cruzadas. Solo visionarios y fanáticos pueden soñar con tamaño disparate. Como bien señala el profesor e historiador Víctor Morales Lezcano, ningún musulmán culto concibe la reconquista de Al Andalus, que a su vez  se adueñó de la ocupación visigoda hispana y ésta de la romana y ésta de la cartaginesa, la íbera y la celta y esta de …

            Ir contra la dinámica de la historia es solo fruto de ignorantes o fanáticos. El EI es ambas cosas y su expansionismo/imperialismo, como el de Hitler, solo puede acabar con la profunda reacción de los adversarios, que son muchos y más poderosos, como le sucedió al dictador del nazismo.

            La mezquita de Córdoba, s.VIII, y la Alhambra de Granada, s. XI, son dos monumentos bellísimos, inspirados en los arcos de herradura de las iglesias y ermitas visigodas o en la casa de los patios y el impluvium romano. Cualquier manual de arte explica que la aportación árabe en artes plásticas fue una hábil esponja de las aportaciones anteriores del arte romano y visigodo, solo que con materiales frágiles de barro que muy pronto se cayeron al suelo como la estatua del rey Nabucodonosor. 

       No hay que olvidar, aunque duela, que la Alhambra del siglo XXI, es obra del arquitecto restaurador Ricardo Velázquez Bosco (el que dio nombre al palacio Velázquez del parque del Retiro madrileño –no el pintor sevillano-), quien en el XIX, tuvo que rehacer todos los mocárabes, lacerías y arabescos de la Alhambra que se había disuelto como un azucarillo. Los grabados y algunas fotografías del pasado le ayudaron a ello.

            La basílica cristiano-bizantina de Constantinopla –hoy Estambul-, siglo IV,  sin embargo está construida sobre cimientos y materiales firmes, es cabeza de fila en la arquitectura de construcciones posteriores y sigue en pie con soberbia solidez, aunque esté convertida en museo, después de haber pasado por mezquita. El museo resulta más rentable.


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            Los seguidores del EI solo demuestran su ignorancia y fanatismo. Calienta-cabezas peligrosos y deleznables.